La fertilidad de sus valles, la completa red de arroyos que bajan de las altas cumbres y el natural abrigo de las sierras determinaron la preferencia de los indios pampas para establecerse aquí y proyectar sus malones desde este refugio tan extraordinario.
A su vez, la imponencia de sus altos cerros, destacando el perfil sobre la gran llanura pampeana, despertó la curiosidad de los primeros viajeros que exploraron la región y publicaron las primeras descripciones de esta zona.
Hacia 1748, el insigne misionero J. Gabriel escribió sobre esta zona y en 1770 lo hizo el Capitán José Antonio Hernández, con motivo de una expedición científica de esta zona.
En 1832, Charles Darwin nos narra su experiencia con Sierra de la Ventana. "Esta montaña es visible desde el fondeadero de Bahía Blanca; y el capitán. Fitz Roy calcula su altura en 3340 pies, una altitud muy notable en este lado oriental del continente". Poco tiempo después, atraído por estas montañas, Darwin subiría guiado por un soldado, a la cumbre del Cerro Tres Picos.
A ellos se le sucedieron celebres figuras de la historia nacional e internacional, que antecedieron las expediciones militares y las batallas que se libraron en contra de los indios, por el dominio y la colonización del sur.
Es así que, en el año 1833 se funda sobre las márgenes del Río Sauce Grande (actualmente Saldungaray), una posta de vigilancia para una guarnición de 100 hombres con el fin de asegurar la defensa y comunicación con la vecina localidad de Bahía Blanca. Esta posta, ubicada por Juan Manuel de Rosas durante su campaña del desierto, se convierte, por su ubicación y condiciones, en un fortín de avanzada, que toma en el año 1863 el nombre de Fortín Pavón.
Emancipada la región, el asentamiento de hacendados en el área próxima del Fortín Pavón no se hizo esperar, lo que desemboco, años más tarde, en el desplazamiento definitivo de toda una cultura arraigada a su tierra y la colonización definitiva del lugar.
Este hecho dio lugar a la necesidad de contar con vías de comunicación rápida a la distante región sur patagónica, necesidad que rápidamente fue evacuada con la instalación de ramales ferroviarios y el establecimiento de paradas y estaciones a lo largo de las mismas.
El Ferrocarril
En 1889 es acordada la concesión para la continuación de la línea al Neuquén. Disputas mediante por el paso del ramal, entre los vecinos de Azul y Olavarría, se demora la iniciación de la obra que ya revestía un carácter de premiosa urgencia. Los Vecinos de Azul solicitan que el ramal a Bahía Blanca arranque de aquella ciudad, pero un informe del Departamento de Ingenieros, que consideraba la región de mayor importancia comercial e industrial, resulto no favorable a dicha solicitud, por lo cual es aprobada la línea Olavarría – Príngles – Bahía Blanca.
En 1899 fueron iniciados los trabajos en el terreno, para fijar la traza definitiva de la línea de Olavarría a Bahía Blanca, pasando por Príngles y Laprida. La concesión de esta línea fue acordada por Ley sancionada con fecha 5 de julio de 1899, aprobando <adreferendum> celebrado entre el Poder Ejecutivo y los Señores Domingo Dávila y Cía. y transferida posteriormente a la Empresa del Ferrocarril del Sud.
Dos años y medio duró la construcción de la línea que atraviesa las sierras de la Ventana, necesitando terraplenes altísimos, desmontes considerables y en su mayor parte en roca y un sinnúmero de puentes y alcantarillas.
En 1903 se termina la construcción y por decreto del Poder Ejecutivo se libra la línea el día 15 de Julio al servicio público. En ese entonces, solo existía en la zona, la Estación de “ Sierra de la Ventana ” (actualmente Est. Saldungaray), hasta el año siguiente en que es establecida una parada, luego del cruce del Río Sauce Grande.
La Parada Sauce Grande
Llegado el año 1904, un afamado médico especialista de la época en enfermedades respiratorias, que ya entonces había visitado este lugar, expuso la importancia de instalar un Centro Asistencial para el tratamiento de la mencionada afección.
Haciéndose eco de la propuesta, la compañía Ferrocarril del Sud, que hasta ese momento había obtenido importantes ganancias de la zona, decide iniciar la construcción de un colosal Hotel al pie de las Sierras (actualmente Villa Ventana).
Para ello, el 6 de agosto de 1908, se firma la escritura de venta a favor del Ferrocarril del Sud, realizada por don Diedrich Daniel Meyer, ante el escribano Cayetano Ugarteche. Pero es el año 1904 que se inicia la obra y se toma como fecha fundacional de la misma, el día 22 de abril de 1908. La Fracción compuesta por setenta y dos mil cincuenta y seis metros cuadrados, lindera a la zona de la vía del mismo ferrocarril y del Río Sauce Grande, es abonada al contado al precio de cuarenta y dos pesos con seis centavos nacionales.
En esta superficie, se establece posterior al cruce del Río Sauce Grande, en el km 73,553, la parada homónima (actualmente Sierra de la Ventana), a fin de despachar desde ese punto el material y personal para tal emprendimiento.
Este hecho genera la necesidad de construir un hotel cercano a la parada, para alojar al personal especializado y constructores. Es así que, en ese año, el Señor Meyer inicia la construcción del mismo (actualmente Grand Hotel Sierra de la Ventana), frente a la parada, sobre tierras que eran de su propiedad. Este sería el primer hotel en Sierra de la Ventana.
Es esta misma figura quien, pocos años más tarde, decide dividir una pequeña fracción de su propiedad, en 26 lotes de distintas dimensiones, inscribiéndolos con el nombre de “Villa Tívoli Argentino”
Villa Tívoli Argentino
Alcanzado el año 1908 y fraccionada parte de los terrenos del Señor Meyer para su venta, se inicia el asentamiento de nuevos habitantes en la región, constituyendo una nueva población, la cual sería conocida durante poco tiempo, con el nombre de Villa Tívoli Argentino, en relación a la semejanza del paisaje con la antigua ciudad romana de Tívoli (actualmente Sierra de la Ventana).
Nacimiento de un Coloso
Sobre los 550 mts. S/nm, destacándose sobre la inmensa planicie de la Provincia de Buenos Aires y en un entorno serrano de singulares características, se inaugura el 11 de noviembre de 1911, lo que diera origen a la parada Sauce Grande, el Club Hotel de la Ventana (Villa Ventana).
Considerado como el mejor hotel de Sudamérica de la década y albergando el primer casino del país, el considerado por muchos “Titanic Argentino”, abre sus puertas a la más alta casta de la sociedad Argentina e Inglesa y a figuras ilustres de la historia Argentina y Mundial.
Como resultado de la segunda guerra mundial, el Hotel entra en la escena internacional al refugiar a parte de la tripulación del acorazado alemán "Graff Spee". Esta es una etapa en la vida del hotel y de los lugareños de la zona que sería marcada por un halo de misterio y leyenda, según nos relata Victor Piermattei en su interesante libro: "¿Por qué aquí?" En él, nos cuenta sobre cómo sirvió de pantalla para el refugio transitorio y cambio de identidad, a importantes jerarcas nazis que llegaban huyendo de Europa, o quizás planeando algo ultra secreto e impensable para argentina. ¿Qué fue la red Canaris???
Su historia continua hasta estos días, y puede conocerla ingresando aquí para más información sobre el Ex Club Hotel Sierra de la Ventana
Cambio de Nombres
Fundada la Localidad de Villa Tívoli Argentino y en apogeo pleno el Club Hotel del Golf (actual Grand Hotel), se presenta un importante caudal turístico con destino a estos dos puntos y con ello el incremento de la correspondencia que, para alcanzar su destino final, debía ser trasladada a 27 kms. (actualmente Villa Ventana) donde se encontraba situado el Coloso.
Teniendo en cuenta que, la estación Sierra de la Ventana (actualmente Saldungaray) estaba situada a 9 kms. de la parada Sauce Grande y que la correspondencia estaba destinada al Hotel de la Ventana, el error en el punto de descarga de la correspondencia se hizo presente con marcada frecuencia.
Por ello es que, a solicitud de la Dirección General de Correos Y Telégrafos y por Resolución del Ministerio de Obras Públicas, el 16 de diciembre de 1912, la estación Sauce Grande pasa a denominarse Sierra de la Ventana y se le da el nombre de Saldungaray a la que hasta el momento era Sierra de la Ventana.
A partir de entonces, queda establecido el actual nombre de esta estación e inspira a sus habitantes a establecerle a su localidad el nombre con que se conoce.
Como hemos visto por todo lo anteriormente expuesto, Sierra de la Ventana se formó en 1908 a consecuencia del trazado de la Villa Tívoli Argentino, realizado por el Señor Meyer en tierras de su propiedad.
Como no existe documentación referente a su acto de fundación, se establece como fecha significativa de inicio de este centro de población, la de 17 de enero de 1908, fecha en que se extendieron las tres primeras escrituras de las tierras.
La Trochita
Un nuevo emprendimiento de singulares características e importante construcción, partió desde la Estación de Sierra de la Ventana. El caudal turístico que arribaba a esta estación para luego dirigirse hasta el complejo hotelero, distante 19 kilómetros, requería de un medio cómodo de traslado.
Es por ello que en el mes de setiembre de 1911 se aprueba el proyecto del Ministerio de Obras Públicas de la Provincia de Buenos Aires, para la construcción de un ferrocarril económico con una trocha de 0,75 centímetros, siendo la tracción a vapor.
Donados los terrenos necesarios para la vía y la estación en el año 1912, es establecido el ramal e inaugurado el día 30 de noviembre del año 1914.
El andén de salida desde la Estación Sauce Grande (Sierra de la Ventana) hacia los pies de las sierras (Villa Ventana) se encontraba paralelo al ramal del tren con destino a Bahía Blanca, sobre un terraplén situado a la derecha de esta estación.
En la actualidad, la Asociación Amigos de la Trochita está trabajando para recuperar la traza desde la estación ferroviaria hasta Villa Ventana, conseguir un inversor que construya un nuevo ramal y ponga nuevamente en funcionamiento el Tren de Trocha Angosta de las Sierras, y finalmente construir un “Museo de la Trochita” en el predio del Centro Cultural de Sierra de la Ventana.
En la actualidad
La obra de típico estilo inglés, que diera origen a gran parte de la historia de la Comarca, es hoy en día un museo implícito a la vista del visitante. Resguarda en su interior, parte de lo que originariamente se le había asignado, elementos del pasado que añoran el servicio brindado a figuras de una época de oro que, poco a poco fue dejándolo de ser.
Hubo 12 servicios semanales hasta la década del 80, hoy en día solo existes dos a la semana. Entre tantas cosas de gran valor histórico podemos mencionar la farolería, los aparatos staff, el telégrafo, la campana original, el reloj, la caja fuerte, el botiquín de primeros auxilios, la balanza para 1000 kilos, etc.
En cuanto a su decorado, sobresale la utilización de pinotea en techos, pisos, muebles y aberturas. Las cenefas brindan un toque del típico estilo, sobre la plataforma. Para los sedientos de la época, aún está en su lugar el bebedero público.
Con respecto al piso que ya habíamos mencionado anteriormente, es importante destacar la existencia, debajo de él, de un sótano de aproximadamente un metro de alto, con el fin de brindar respiración a la madera, a través de salidas con espirales externos de hierro hacia la plataforma.
En uno de los ambientes, asignado como Sala de Señoras, es posible encontrarnos con toda una pequeña muestra de fotos de la época. Entre ellas se destacan fotos del Ex Club Hotel de la Ventana, del Castillo Tornquist, el casco de las Vertientes, la Piedra Movediza y lugares de Mar del Plata, Necochea y la Plata.
Exteriormente se hallan otro cuerpo de baños de caballeros, el tanque de agua de 43000 litros, una farolería junto al baño y el pluviómetro. Además, se suman a la obra, dos casas de material y dos casillas para el personal de aquella data, frente al andén de parada.
También, como parte de los ambientes que integran la estación, se encuentran los asignados (cinco ambientes) a la familia del Jefe de Estación. Otros ambientes son la oficina del jefe, la Sala de Caballeros, la Sala de Damas, la Sala de Encomiendas y dos Baños.
En lo referente al ramal, podremos distinguir dos desvíos hacia la playa de estación, en la cual encontraremos un vagón altamente deteriorado y dos galpones actualmente reacondicionados como Centro Cultural de Sierra de la Ventana.
Resulta doloroso la ausencia de otras cosas que formaron parte de ella, así por ejemplo, una placa colocada en el exterior sobre la plataforma, donde hallábamos en ella, la altura sobre el nivel del mar en que se encuentra ubicada esta estación.
Tiempos de Abnegación
Hoy en día, Ferrosud es la empresa propietaria de la estación de Sierra de la Ventana, a diferencia de la estación de Saldungaray, la cual se halla en manos de la provincia; y la empresa Onabe, la encargada de la venta de los inmuebles de Ferrocarriles Argentinos.
La asignación de recursos para su mantenimiento se ve reducido a lo necesario para los elementos de limpieza, siendo de esta manera, prácticamente imposible su apropiado mantenimiento.
Sin embargo, es plausible el buen estado que demuestra al visitante que se acerca hasta ella, hecho que solo está dado gracias al trabajo abnegado del personal con que cuenta y el apoyo recibido de la Delegación Municipal.
Desde el año 1978, como peón de la estación, hasta el año 1990 en que se convierte en Jefe de la misma, el Señor Rubén Darío García, tuvo la tarea y la responsabilidad de brindar un servicio digno de elogiar, la cual en la actualidad es cubierta con la misma dedicación por su hermano Marcelo Fabián Garcia. En las palabras del “Jefe”, es manifiesto el deseo de seguir manteniendo y mejorando su condición, con el anhelo de preservar un pedazo importante de lo que fue, es y será, eje del desarrollo turístico de la Comarca de Sierra de la Ventana.
Sergio Norberto Marto
Director del Portal www.sierradelaventana.org
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