Fue una mañana de sábado soleada cuando decidimos conocer un poco más sobre la ciudad que vio nacer a muchos de los hoy habitantes de Sierra de la Ventana, y que debe su nombre al Coronel Juan Pascual Pringles del Regimiento de Granaderos a Caballo del General José de San Martín; quien luchó contra los realistas en el combate de Chancay en las luchas por la independencia.
Por el camino del puente blanco, alternativa más corta (aproximadamente 50 kms. desde Sierra de la Ventana y 60 desde Villa Ventana) aunque no en muy buen estado, emprendimos el viaje hacia ese lugar.
Luego de pasar por la Estación de Tren de "Peralta" que fuera motivo de nuestro primer especial (ver nota), y de cruzar las vías una y otra vez llegamos a "Stegmann", otra estación abandonada que parece ocultar su historia ya que nos costó bastante encontrar información referente a la misma. Por allí pasó sin detenerse una locomotora que nos saludó con ánimo, antes de continuar hacia nuestro destino, previo paso por la antigua Escuela Adolfina M. de Stegmann. Alguien nos contó que su nombre tenía relación con la familia de la conocida actriz Millie Stegman, los cuales eran oriundos de la zona.
Llegando a Príngles pudimos ver un bello puente de hierro estilo francés imponente por su estructura y no muy distante de la ruta de entrada. Visitamos la estación y comenzamos nuestra búsqueda de museos que nos dieran más detalles sobre los comienzos de este pueblo y sobre la historia de su riqueza arquitectónica.
Andando por el empedrado, uno de los mas parejos de la provincia que aún conserva las argollas de cuando se ataban los caballos de los carruajes, el inconfundible estilo ardecó de la arquitectura de Francisco Salamone nos deleitaba con un Palacio Municipal que está siendo reacondicionado.
Lindante al mismo también estaba la Parroquia Santa Rosa de Lima, muy bonita, que tranquila contemplaba la hermosa plaza Juan Pascual Príngles bien mantenida con bancos, pérgolas, ramblas y senderos Art Deco.
La localidad es conocida como la "Capital de los Lanares", ya que ocupó un lugar preponderante en el sistema productivo y la explotación del ganado lanar. Es así que todos los años, se celebra esta fiesta que dura tres días y se realizan distintas actividades, incluyendo concursos de esquila.
Finalmente, bajo un cálido y agradable atardecer, nos conformamos y complacimos conociendo el Balneario Municipal que con un espejo de agua muy bien cuidado y una original confitería sobre el arroyo Pillahuinco, terminaron por culminar nuestro paseo.
Serán motivo de otra visita, nuestra inquietud por dichos museos ya que desafortunadamente no encontramos ninguno de ellos abierto, y por saber más acerca de ciertos parajes como EL Gavilán, La Paloma o Fra-Pal que también guardan su historia en este distrito.